ESTAS SON LAS 30 RAZONES EN LAS CUALES SE FUNDAMENTA MI FE EN LA CRISTIANDAD, MATARIA POR ESA IGLESIA.
A comparación de todos los engendros que llegarían al trono de San Pedro este simplemente tuvo mala suerte, a veces sucede; es como ser padre, uno no lo planea pero de repente se le vino el calato, el primado de Italia le puede llegar a uno por casualidad, no te lo esperas; sin embargo, algunas veces como los padres que cuantifican sus crías a venir, al igual muchas personas también planearon ser papas (desconozco si todavía se practica esta práctica en el Vaticano) dicho(so) papa, se encontraba casado en el momento que fue elegido, mantuvo ocultas a esposa e hija de supuestamente cuatro años (anteriormente él ya había rechazado el trono en 2 oportunidades dada su avanzada edad) todos juntos vivieron felices en el Palacio de Letrán, la residencia papal por casi mil años donada por Constantino I, más conocido como el Grande que legalizó la cristiandad.
Lo que sucedió fue lo siguiente: unos desconocidos ingresaron en el palacio para sustraer a la hija del caudillo del pueblo de Dios, unos alegaban que aquellos encapuchados pertenecían a la familia del antipapa Anastasio, los otros no alegaban eso; después de raptada la criatura fue asesinada. Como se ven las cosas, al ser elegido como Adriano II ya contaba con demasiada edad y al menos la hija era todavía una niña o quizás una jovencita; impotencia tal vez, no lo creo porque llegó a tener descendencia pero podría haber sido que después de una vida dedicada a Dios haya querido experimentar al final de sus días la bendición de la familia y de paso el placer de la carne, si lo rechazó twice entonces se presume que haya llevado una vida ejemplar que fue manchada por un asesinato y por qué no, violación incluida; teniendo en consideración que la gente de ese tiempo era tan salvaje o más que la de hoy en día, no descartar esa posibilidad.
Nota: el celibato eclesiástico se reinaugura en 1073.
Se dice que fue electo el mismo día en que murió su predecesor Adriano II, esto implicaría un proceso electoral medio turbio y también oscurecería el fallecimiento de su antecesor; sea como fuere frente a su elección se encontraba la oposición de Formoso, obispo de Porto y futuro papa pero eso todavía no lo sabían, es probable que a Formoso no le hayan agradado mucho los modales poco masculinos del recién ascendido papa; sin embargo, es posible también que el haberlo tachado de afeminado haya sido una campaña organizada por sus opositores y encabezada probablemente por el mismo obispo de Porto. Juan VIII por supuesto no se quedó con los brazos cruzados frente a las supuestas calumnias, contraatacó con toda la artillería proporcionada por el poder espiritual y lo acusó con otras calumnias logrando que el obispo deponga su cargo en Porto, y después lo excomulgó; parece ser que no le gustaba que lo llamaran amaricado.
Su final está rodeado de misterios e intrigas, circulan dos historias al respecto: 1. Fue asesinado por algunos miembros de su guardia que lo azotaron antes de matarlo a martillazos o, 2. Fue venenado pero la toxina no fue lo suficientemente eficaz para acabar con su vida entonces para asegurarle su muerte lo martillaron; algún ajuste de cuentas lo habría llevado a una muerte poco tranquila y muy alborotada, acaso Formoso habría sido capaz de maquinar una obra tan horrenda, es indudable que tenía sus razones pero llegar a esos extremos, al fin y al cabo él también era un ser humano; a fin de cuentas el sucesor del recién difunto, un tal Marino I que terminó envenenado, le levantó la excomunión y después lo rehabilitó en la diócesis de Porto. Lo único en que podemos estar completamente seguros es que su vida acabó a punta de martillos.
A este vicario de Jesucristo se le recuerda principalmente por haber organizado el sínodo del cadáver contra Formoso, sí, el mismo que tuvo problemas ya con Juan VIII, por lo visto no era muy carismático porque se empleitaba a diestra y siniestra. Formoso cuando reinaba lo nombró obispo de la diócesis de Agnani, aquello no le agradó mucho quizá mal clima, le sucedió Bonifacio VI que mantuvo el poder por el nada valedero plazo de 15 días quizá intoxicado, luego hizo su aparición Esteban que no esperó mucho tiempo para vengarse de Formoso, a los ocho meses de su muerte lo desenterró y le armó un juicio post-mortem.
A partir de entonces se prohibieron los juicios a personas fallecidas (una verdadera lástima) el concilio cadavérico se celebró bajo el techo de la Basílica Constantiniana, después de exhumado el fallecido se encontraba putrefacto, obviamente, debe haber sido uno de los juicios más hediondos de la historia (recuérdese que habían pasado 8 meses desde su fallecimiento) se le emperejiló con todos los ornamentos papales y se trató de sentarlo en un sillón pero no paraba de resbalarse, atinaron a amarrarlo para evitar levantarlo reiteradas veces mientras escuchaba las acusaciones; entre las principales destacaba el hecho que siendo obispo de la diócesis de Porto la abandonó para ocupar como papa la de Roma, como no podía defenderse (no se olvide que habían pasado 8 meses desde su fallecimiento) fue hallado culpable declarándose como inválida su elección y anulándose consiguientemente todos sus actos realizados entre 891 y 896; esto permitió a Esteban VI no ser acusado del mismo cargo al invalidarse su ordenación como obispo (Esteban incurrió en la misma falta pues pasó de la diócesis de Agnani a la de Roma como papa) se procedió a desvestir el cadáver y le amputaron tres dedos de la mano derecha para prevenir que no haga ningún tipo de bendiciones en la otra vida, finalmente su cuerpo fue arrojado al río Tíber no sin antes ser quemado, felizmente (habían pasado 8 meses desde su fallecimiento) no la sufrió.
Suena un poco surrealista pero se puede corroborar la historia leyendo el canon primero del concilio romano de 898: “Esteban hizo colocar el cuerpo de Formoso ante un tribunal… por una ambición culpable, Formoso había cambiado su sede episcopal de Porto por la sede de Roma… se consideraba y proclamaba que el acusado había sido indigno servidor de la Iglesia, que había llegado a la silla papal en forma irregular y que por lo tanto… era un papa ilegítimo y que… todo cuanto había hecho, decretado y ordenado durante su papado era nulo de nulidad, incluido claro está, las ordenaciones.”
Esteban no corrió mejor suerte, fue encarcelado y luego estrangulado por una turba iracunda partidaria del difunto, el pueblo romano reaccionó a la altura, una salvajada por otra; luego al trono se alzó el hermano del tal Marino I, conocido como Romano que duró menos de cuatro meses quizá toxicado como su hermano, le sucedió Teodoro II que en sus 20 días de fama hizo más que su antecesor al anular lo hecho por Esteban VI y restituir lo hecho por Formoso, pereció el mismo mes de su elección quizá atoxicado.
Con él se inicia el reinado de los fornicarios en Roma, aquel personaje trató reiteradas veces de alcanzar la cima de la jerarquía eclesiástica, lo cual le supuso ser excomulgado y exiliado por Juan IX; sin embargo, todo esto fue revocado por León V, ni siquiera este favor pudo evitar su asesinato (León V estuvo sólo un mes a cargo del cargo pues fue depuesto por el cardenal Cristóbal quien lo mandó a vivir tras rejas para rápidamente ejercer el poder un año) ayudado por el senador y jefe militar de Roma, Teofilacto, encarcelan al antipapa Cristóbal por usurpador; irónicamente terminó como compañero de celda de León, ambos fueron estrangulados para eludir suspicacias.
Una vez entronizado, anuló los concilios celebrados desde 898 ¿Con qué motivo? Formoso, todavía no podía descansar en paz. Sergio había participado en el concilio del terror y había salido muy contento con el dictamen final, y por esta razón no fue de su agrado que lo reivindicaran, definitivamente ese personaje no traía mucha empatía; hay quienes dicen que lo volvió a exhumar, lo volvió a condenar y lo decapitó pero si fuese verdad hubiera acabado igual que Esteban VI, en manos de iracundos, a menos que lo haya realizado todo en secreto aprendiendo del error.
Teofilacto estuvo casado con Teodora quien le dio dos hijas, Marozia y Teodora la Joven. Esa mujer desposada hábilmente se convirtió en la amante del reciente papa. Sergio III contaba con 45 años cuando decidió tener otra amante en la pequeña Marozia de 15 años, la sedujo por vez primera en Letrán, palacio que hizo restaurar luego de haber sufrido un incendio; del fruto de esta relación apareció un hijo que era ilegítimo por obvias razones, no es que haya sido la primera vez que un príncipe de los obispos tuviera descendencia pero sí el primero que se concibiera durante un papado que se tenga noticia oficial; el bastardo sería conocido como Juan XI. Sorprendentemente no se encuentra ninguna evidencia de estrangulamiento o envenenamiento, que eran las formas clásicas de muerte papal por aquellos tiempos, en su defunción.
Teofilacto influyó, al igual que en sus predecesores, para que llegara al banco de San Pedro; Teodora también participó en su elección pues lo requería para que satisfaga sus deseos de índole carnal. Tiempos turbios aquellos donde sarracenos asolaban cada centímetro de costa mediterránea perteneciente a los cristianos, en especial la península itálica, Juan X con el poder que Dios le otorgaba reunió una coalición de diversos príncipes italianos y se puso a la cabeza de dicho ejército (por primera vez un encargado de la Iglesia marcha dirigiendo una milicia, mas no la última) para hacer frente a las huestes de los infieles. Luego el primer esposo de Marozia, uno de los que lideraba la tropa panitálica, Alberico I, quiso adueñarse con el trono de Juan X pero no triunfó y fue ejecutado, supremos poderes eclesiásticos obligaron a la joven esposa a contemplar el cadáver mutilado de su marido. Mala idea.
Este siervo de los siervos de Dios funcionaba como sirviente de los intereses de la familia de Teodora pero se reveló cuando el trono de Italia quedó vacante tras el asesinato de Berenguer I, hubo un postulante apoyado por el pontífice llamado Hugo de Borgoña, aquello mereció la desaprobación total de Marozia (creo que a ella nunca le agradó en primer lugar este personaje, supongo porque se levantaba a su madre, también habrá tenido cierta incidencia el incidente con su esposo Alberico) y la subsiguiente deposición del supremo cargo eclesiástico a Juan X quien fue encarcelado (probablemente asesinado dentro) por el segundo esposo de aquella, Guido di Toscaza; no te podías enfrentar a una de las mujeres más poderosas de todos los tiempos y menos aún si ella tiraba los hilos de tu destino.
Este es el séptimo y último servidor de Dios que fue puesto en servicio por obra y gracia de Marozia, su madre; habían pasado 20 años desde que fuera concebido en Letrán, 4 lustros pasaron desde la muerte de su papá el papa Sergio III, 5 pontífices fueron mandados a morir por orden expresa de Marozia, no sin antes haber participado en sus elecciones (Anastasio III, Landon, Juan X, León V y Esteban VII) la suerte de Juan XI no podía ser diferente a la de sus antecesores pero una madre no podría matar a su primogénito. Su hermanastro se encargaría.
En 932 ofició la tercera boda de su madre en Roma (un sueño de muchas madres el que sus hijos las casen) el afortunado era Hugo de Arlés, rey de Italia (esa mujer no se andaba con cualquiera) esto enfureció a su otro hijo, Alberico II o Alberico el Joven, fruto de su primer compromiso; el muchacho originó una rebelión que acabaría con el dominio de su madre detrás del asiento de San Pedro; el castillo de San Angelo fue el lugar donde pasó el resto de sus días, ahí también fue recluido Juan XI, último lugar que conocería; desde entonces el hijo de Alberico I gobernará la política eclesiástica (León VII, Esteban VIII, Marino II, Agapito II y Juan XII) como lo hizo su madre en antaño.
El tiempo para Alberico II se extinguiría en 954 pero antes haría todos los preparativos para que su hijo Octaviano, nieto de Marozia, alcanzara el escaño de San Pedro; coronado al año siguiente tras el deceso de Agapito II contaba con tan sólo 17 años; carecía de cualquier tipo de instrucción religiosa, hombre sumamente inculto que ignoraba el latín, se dedicó a celebrar misas sin comunión, fue el primero en iniciar la tradición del cambio de nombre al tomar las riendas espirituales de la Iglesia, también se dedicó a obtener dinero por medios nada justos y llegó a poseer 2000 caballos los cuales los alimentaba con almendras e higos remojados en vino, buena vida la de aquellos solípedos.
Presumiblemente fue el primer papa gay de la historia, gozaba de los adolescentes jóvenes y fornidos, y solía entregarles (dependiendo de su grado de espectacularidad) obispados o cálices de oro de San Pedro por sus proezas sexuales; cohabitó con algunas de las concubinas de su padre y cometió incesto con su madre, sus hermanas y una sobrina. Después de él el palacio Laterano no fue el mismo, lo convirtió en una casa de prostitución pública; da la impresión que Juan XII era un ente libidinoso insaciable ya que las mujeres eran prevenidas de que si se acercaban a la iglesia de San Juan Laterano podrían ser violadas por su santidad. Mejor que lo diga el obispo Liudprand de Cremona: “Las mujeres temen venir a la Iglesia de los Santos Apóstoles pues han oído que hace poco Juan llevó por la fuerza a varias mujeres peregrinas a su cama, casadas, viudas y vírgenes indistintamente…”. Tenía una concubina (cabe la posibilidad que sea un adonis) a la cual le tenía mucha estima (difícil que pueda llegar a enamorarse) o de repente se obsesionó con ella, le regaló las cruces y copas de oro de San Pedro y aprovechó para hacerla gobernadora de varias ciudades.
No soportaba la autocrítica y menos aún las críticas lo volvían insano (seguro más de lo que ya era) su director espiritual Benedicto se enteró de ello quedando ciego pues el primerísimo líder sagrado le quemó los ojos, un cardenal por ser su tocayo tubo que despedirse de este mundo desangrado al ser castrado; asiduo jugador de dados once para ganar pidió ayuda al Diablo y además brindó por él ante el altar mayor de la Basílica de San Pedro (seguro tuvo una óptima racha) la conmoción generada por los actos más abyectos motivó a muchos monasterios dedicar día y noche para orar por la pronta ultimación del pontífice.
En 962, fecha 2 de febrero, en Roma se coronó emperador Otón I iniciando así el Sacro Imperio Romano Germánico. 11 días después se firma la alianza con Juan XII, Privilegium Othonis otorgaba al emperador la aprobación del papa electo para su consagración así la Iglesia se subordinaba al Imperio; una vez líder supremo, Otón I empezó a recibir diversos gimoteos del sacerdocio, entonces resolvió mandar una carta a su par espiritual: “Santidad, todos, tanto clérigos como los seglares os acusan de homicidio, perjurio, sacrilegio, incesto con vuestros familiares, incluso con dos de vuestras hermanas, y por haber invocado a Júpiter, Venus y otros demonios, como si fueras un pagano.”, la réplica vino en unas epístolas dictadas con mala gramática dirigidas a todos y cada uno de los obispados, advertía con excomulgar a cualquiera que siquiera se le cruce por la cabeza en destituirlo. El vigente papa no fue muy fiel al juramento señalado y huyó de Roma con parte del erario canónigo para reorganizar su regreso junto con algún regimiento de mercenarios, durante su ausencia fue acusado formalmente en un sínodo de: 1. Prender fuego a unos edificios, 2. Hacer un brindis por el demonio, 3. Jugar a los dados, 4. Invocar al demonio y 5. Ser inmoral. El veredicto no podría ser otro: ¡Culpable! Fue depuesto en 963 pero volvió de su exilio al año siguiente aunque no duró mucho, oficialmente sufrió un infarto y ahí quedó, sin embargo sabemos muy bien que no fue así (la vida de una persona tan depravada no podía acabar de una forma tan apacible) sucumbió ajusticiado ¿Cómo? El 6 de mayo de 964 fue sorprendido en pleno adulterio por el marido de su amante de turno, recibió tal paliza que expiró a los 8 días sin recibir viático alguno.
El sínodo orquestado por Otón I en 963 depuso a Juan XII y al mismo tiempo impuso a León VIII, recorrió todos los grados de ordenación eclesiástica en un único día; al retirarse Otón I al año siguiente de Roma el antiguo papa no tardó en volver con sed de venganza, este regreso vindicativo implicó el escape acobardado del flamante papa; Juan XII no logró satisfacer su ambición porque cayó muerto en circunstancias similares a las de León VIII aunque fue capaz de sublevar a la plebe romana la cual eligió como su sucesor a Benedicto V, mejor conocido como Grammaticus; al enterarse de todo el emperador del Sacro Imperio Romano de Nación Alemana retornó a la ciudad para apresar al papa del pueblo, pasó de sumo pontífice a diácono en un único día y luego fue desterrado a Hamburgo, ciudad que lo vería morir a 2 años del fin de su papado de un mes exacto, el cual fue continuado por el protegido del emperador que retomó el mando por el lapso de un año antes de desfallecer, según dicen ciertos rumores, durante un acto sexual.
Considerado en todo momento antipapa, arribó a la silla de San Pedro en dos oportunidades.
Primera vez: Juan XIII, hijo de Teodora la Joven y sobrino de Marozia, sustituyó al interfecto León VIII pero el populorum todavía prefería al exiliado Benedicto V, a raíz de su gran erudición fue apodado Grammaticus; entonces se provocaron disturbios, cosa que llamó la atención (como era obvio) del emperador Otón I; este residió en Roma casi 6 años nombrando prefecto de dicha ciudad a Crescencio I, otro hijo de Teodora. Al fallecer Juan XIII le sucedió Benedicto VI, a 2 meses de su elección murió su benefactor Otón I en 973 y al año siguiente el hermano del finado papa (supo sacar provecho) inició una insurrección para remover al papa regente, Crescencio I ofreció el pastoreo del rebaño de Cristo (no se con que autoridad) al cardenal Francone Ferruchi quien abrazó el nombre de Bonifacio VII y que como primera medida dispuso el estrangulamiento de Benedicto VI; evitando así cualquier posible restitución por parte del representante del cadavérico emperador, Sicco di Spoleto, quien demoró 6 semanas en arribar a Roma, tiempo que duró su primer papado. Bonifacio VII fugó a Constantinopla con todo el dinero que pudo hurtar de las reservas pontificias (supo sacar provecho) se rumorea que haya violado a una niña en su huida.
Segunda vez: Benedicto VII fue promovido por el representante del nuevo emperador Otón II e inmediatamente descomulgó al antipapa refugiado, murió en 983 y su sucesor Juan XIV fue aprobado por el propio emperador, quien moriría a los pocos días siendo sucedido por su hijo de 3 años Otón III (situación más favorable no podía haber) dadas las circunstancias Bonifacio VII regresó a Roma y junto con la complicidad de Crescencio II y su padre, que moriría al poco tiempo, reemprenden lo que comenzaron 10 años atrás y que como primera medida disponen el encarcelamiento de Juan XIV que sería dejado boquear de hambre, hay indicios que sugieren un óbito por emponzoñamiento.
Usurpador, asesino de 2 papas, ladrón y posible violador; toda una joyita. Bonifacio VII se las trajo, terminó asesinado no se sabe por quién (pudo haber sido cualquiera) su cadáver mutilado y desnudo fue arrastrado por calles romanas para acabar como fiambre de perros, a la mañana siguiente algunos clérigos se apiadaron de lo que quedaba de él y le dieron cristiana sepultura. El sabio Silvestre II, el papa del milenio, lo llamó: “… un hombre monstruoso que sobrepasó a todo mortal en su maldad.”
El primer año del segundo milenio marcó el dominio de los Crescencios en el pontificado tras la expulsión de Otón III, con la muerte de este emperador al año subsecuente se solidifica esta hegemonía y desde aquel instante los destinos del sillón de San Pedro recaerían en las manos de Crescencio III, permitiendo el regreso de Silvestre II, después vendría por un corto periodo Juan XVII, Juan XVIII lo continuará pero su bienhechor lo retiró del poder y lo confinó a morir, a continuación asumiría Sergio IV pero no fue muy maniobrable y fenecerá el mismo año que Crescencio III, en 1012, Teofilacto uno de sus hijos comprará el cargo pontifical por medio de chantaje siendo coronado Benedicto VIII. No hizo mucho en su decenio, lo más relevante fue haber promulgado el decreto Tregua de Dios que regulaba las hostilidades entre príncipes cristianos prohibiéndolas durante el sábado por la noche hasta el lunes por la mañana, el resto de la semana que se maten.
Los hijos de Crescencio III no imitaron el ejemplo de su padre al mantenerse maquinando detrás del solio pontificio, ellos quisieron hacerlo desde adelante y lo lograron gracias al poder del dinero que lo compra todo inclusive tu papado; muerto Benedicto VIII su hermano el senador Romano se entronará como Juan XIX, sobornó a los cardenales para lograr su nominación, pasó de tener un status temporal a uno espiritual en menos de lo que canta un gallo. La simonía infestará toda su jurisdicción, hasta el punto que el Patriarca de Constantinopla, Alejo I Studites, trató de adueñarse del título de Ecuménico a cambio de una abundante cantidad de dinero, dicho suceso irritó por completo al clero cuya presión evitó la vergüenza.
Nota: El vocablo simonía deviene del personaje histórico Simón el Mago que quiso pagarle a Simón el Apóstol por el poder de la imposición de las manos.
Otra nota: El apóstol Andrés, hermano de Pedro, fue el primer obispo de Bizancio. Este obispado devendrá en el Patriarcado de Constantinopla, máxima entidad de la Iglesia Ortodoxa; mientras que para la Iglesia Católica el mismo cargo lo constituyen los sucesores de Pedro.
Su padre el conde Alberico III y dueño de Roma influyó considerablemente en su escogimiento pues gastó una fortuna para lograrlo, de nombre Teofilacto pasó a llamarse Benedicto IX cuando sólo era un niño de doce años aproximadamente, con el paso de los años el chamaco fue creciendo más no madurando; al comienzo consagró su tiempo a sodomizar animales luego se inició en los deleites carnales y de ahí en adelante (…) promovió adulterios, homicidios en pleno día, orgías bisexuales en la catedral de Letrán e inclusive procuró renunciar al pontificado para cohabitar en lujuria total con otro hombre. Dichos hechos provocaron gran indignación en forma de levantamiento popular que derivó en su primera expulsión, Silvestre III fue su sucesor pero su familia lo restableció en el poder el 10 de abril de 1045 permaneciendo sólo un mes ya que abdicó para casarse con su prima hermana, hija del capitán romano Gerardo di Sasso quien lideró su primera destitución; no se quiso ir con las manos vacías y exigió algún tipo de remuneración áurica, su padrino Giovanni Graciano, futuro dueño de la santísima silla, le ofreció todas las limosnas procedentes de los católicos ingleses. Once again fue sucedido, en esta ocasión por su padrino que llegó a recolectar 1500 libras de oro para que se largara y no volviese jamás. Mientras tanto, el rey germánico, Enrique III, intervino (de buena voluntad y desinteresadamente) para ordenar este desorden eclesiástico e hizo los arreglos para celebrar el 20 de diciembre de 1046 el Concilio de Sutri, que destituyó tanto a Silvestre III como a Gregorio VI y entronó a Clemente II que a los 5 días (de manera desinteresada y voluntariamente) coronó a Enrique III como emperador romano germánico; sin embargo, este legitimario de San Pedro no duró mucho y cayó en desgracia, murió. Benedicto IX no tardó en volver aduciendo que el dinero recibido no era simonía sino el desembolso del dinero que había pagado su padre con anterioridad, ocho meses pasaron antes que fuera expelido por siempre, finalmente se retiró al monasterio Grottaferreata donde expiraría apaciblemente.
Victor II, el papa pariente de Enrique III, habló de él: “Prefirió vivir más como Epicuro que como obispo… abandonó la ciudad trasladándose a uno de sus castillos de las afueras”.
Gregorio VI, para quien trabajaba el joven Hildebrando Aldobrandeschi como primer secretario y mayor confidente, estuvo sometido a todo tipo de humillaciones cuando en 1046 fue destronado del poyo de San Pedro por el padre de Enrique IV, el emperador Enrique III; desde entonces el muchacho guardaría extrema fidelidad, tanto en mente como en cuerpo, al desaforado papa. Al tiempo las aclamaciones populares lo subirán al poyo para desencadenar ciertas reformas de fama gregorianas.
A la muerte de Alejandro II, la gente congregada en el funeral vitoreaba: ¡Hildebrando é lo indicato! ¡Hildebrando é lo indicato! ¡Hildebrando é lo indicato! Y así ocurrió el entronizamiento del señor Aldobrandeschi entre gritos de hip, hip, hurra; consciente de la falta de valores en el seno ecuménico tratará de impedir la corrupción que acarrea las garras de las investiduras, el pestilente aliento de la simonía y el fálico impulso clerical; enfrentará todo tipo de peligros en esta aventura para luego de acabar con las monjerionetas de Enrique IV, encarar al emperador mismo. Esta revolución que se traía entre manos se realizará sobre papel, en una época donde pocos sabían leer o escribir, se convertiría en una figura infalible desbordante de poderes gracias al oficio de la falsificación de documentos eclesiásticos.
Los 27 dogmas publicados en el Dictatus papae de 1075 expresan el pensamiento de Gregorio VII:
I: “Que la Iglesia Romana ha sido fundada sólo por el Señor”. Pregunta: ¿En qué momento la funda, antes o después de expulsar a Adán del Edén?
II: “Que solamente el Pontífice Romano sea dicho legítimamente universal”. Comentario: Suena razonable para que no prolifere tanto antipapa.
III: “Que él sólo puede deponer o reponer obispos”. Refrán cubano: Denle más poder al dictador.
VI: “Que con los excomulgados por el Papa no podemos, entre otras cosas, permanecer en la misma casa”. Comentario: No es factible acercarse a la basura excomulgada, es mas discrimínenlos.
IX: “Que todos los príncipes deben de besar los pies solamente del Papa”. Comentario: Háganle caso al megalómano.
XII: ”Que le es lícito deponer a los emperadores”. Comentario: Tranquillo, no abuses, estás poniendo al poder espiritual por encima del temporal.
XVI: “Que ningún sínodo se llame general si no ha sido por orden del Papa”. Fidel en mensaje radiofónico a la nación liberada de Cuba: ¡Yo y sólo yo digo cuando se hacen las cosas!
XVIII: “Que su sentencia no sea rechazada por nadie y sólo él pueda rechazar la de todos”. Comentario: Con que así van a ser las cosas desde ahora.
XIX: “Que no sea juzgado por nadie”. Comentario: Así no, ya veo por donde se dirigen las cosas.
XXII: “Que la Iglesia Romana no ha errado y no errará nunca, según testimonio de las Escrituras”. Preguntas: ¿Qué escrituras? ¿De qué autor o autores? ¿Qué editorial? ¿Publicadas en cuál año?
XXIII: “Que el Pontífice Romano, una vez ordenado canónicamente, es santificado indudablemente por los méritos del bienaventurado Pedro, según testimonio del santo obispo Ennodio de Pavía, apoyado por los muchos santos Padres según se contiene en los decretos del Beato Papa Símaco”. Comentario: Además resultó santo
Poder total era la resolución tomada por Gregorio VII, divinícenlo como a un santo ya que él lo es, toda autoridad recae en sus pies y así se vuelve infalible; a su vez esto provoca que su palabra sea irrefutable convirtiendo de este modo a la excomunión en el arma más poderosa que ha visto la historia, hasta Hiroshima del ‘45. Nunca hubo tiempo tal donde las excomuniones fueran tan familiares, destituía a príncipes o reyes, su poder se ubicaba por encima de sus coronas y ellos besaban los pies del padre de los reyes y no los de nadie más, otros besarán sus pies pero ellos sólo tienen un par de pezuñas donde embarrar sus labios.
Expulsó al demonio de la fornicación que vivía bajo el techo de las iglesias, los célibes no abundaban aunque habían algunos, Gregorio VII incrementó el número de la pandilla gracias a la coacción y si desobedecían muerte en la carrera clerical, cuantiosas mujeres inocentes de clérigos fueron llevadas al abandono, muchas tuvieron que adoptar la prostitución para sobrevivir, otras simplemente no pudieron aguantar la vida sin su amado y se arrebataban la vida. Nunca hubo tiempo tal.
Fuera los corruptos, combatió la simonía desde sus raíces, atacaba una y otra vez con sus excomuniones; la única fidelidad es la que se dirige únicamente hacia él, por eso dispuso juramento personal de fidelidad para todo el clero, en un momento dado prohibió a Enrique IV la gobernación sobre las zonas de Italia y Alemania, aprobó la insubordinación a la potestad del emperador y amenazó con su mayor arma a cualquiera que le ofrezca sus servicios. Nunca antes visto, un emperador se subordinó a poner su cargo a disposición y fue humillado al ser despojado de todas sus insignias reales, vestido con nada más que una túnica ayunó bajo la ventisca esperando ganarse alguna compasión celestial, al cuarto día instantes antes de desfallecer lo consiguió pero a un alto costo; Maquiavelo escribió en Historia de Florencia: “Enrique fue el primer príncipe que tuvo el honor de experimentar la afilada amenaza de las armas espirituales”.
Enrique IV buscando satisfacción ocupó Roma con su ejército, Hildebrando huyó y en su exilio expiraría, al final no pudo excomulgar a todos los soldados, le faltó papel.
Su antecesor, Victor III, continuó la política de las reformas gregorianas y organizó una campaña armada contra los territorios musulmanes del norte de África, precedente histórico de la primera cruzada que sería impulsada por el sucesor de este, Urbano II, de nombre Odo de Lagery fue secretario del fatuo Gregorio VII, también heredó su actitud megalomaniática; cualquier prelado que jurase fidelidad a cualquier autoridad laica era severamente castigado, para luchar a favor del celibato hizo un favor a los sacerdotes y vendió a sus esposas como esclavas mientras que sus hijos fueron desamparados.
Extraño que Gregorio VIII no haya sido su nombre de pila pues fue fiel discípulo de Gregorio VII, lo primero que dijo al tomar posesión de mando fue: “… todo lo que él rechaza, yo lo rechazo, lo que él condena, yo lo condeno, lo que él amaba, yo lo abrazo, lo que él consideraba como verdadero, yo lo confirmo y apruebo”.
Durante 1095 se ofició el concilio de Piacenza donde un embajador del emperador bizantino, Alejo I Comnemo, pidió ayuda para acabar con los turcos selyúcidas; al poco tiempo Urbano II vislumbró traer de vuelta a Jerusalén y entonces auspició el concilio de Clermont para seducir a los presentes a realizar su empresa, con algunos incentivos (pequeños) como absolución de todos los pecados, riquezas y gloria; sin embargo, no pudo ver concretada su idea pues finó 2 semanas antes de dicha concretización.
Un día antes de la navidad del año 1294 fue designado príncipe de los apóstoles, Benedetto Gaetani, quien había estimulado la abdicación de Celestino V, su predecesor, que fue encerrado en el castillo de Fumore donde daría su última actuación en el gran teatro del mundo.
Existe mucha controversia en su figura pues afirman que no era una persona muy amable y poco ortodoxa, solía mofarse de la gente de acuerdo a su aspecto físico, no tuvo ningún problema en favorecer a su familia gracias al cargo que ostentaba y la enriqueció a toda; asiduo practicante de la brujería mantuvo cautivas a una mujer casada y su hija, las obligaba a realizar sus más pervertidas fantasías sexuales; aseguró ser ateo profeso y confeso, la vida futura no era algo digno de creer y la negó, no poseía una buena imagen de Cristo pues lo calificó de mentiroso e hipócrita; San Dionisio era su confesor, siempre le rezaba al patrono de los sifilíticos ya que contrajo la enfermedad en algún punto de su vida que duró hasta el 11 de octubre de 1303. Su deceso pudo haber sido ocasionado por las dolencias provocadas por la tortura a la cual fue sometido un mes antes a pedido del rey de Francia, el Hermoso; Felipe IV quiso tributar a la iglesia francesa para mantener su prolongada guerra contra los ingleses, lo que originó la desaprobación de Bonifacio VIII quien se encontraba veraneando en la campiña de Anagni cuando fue secuestrado por secuaces leales al rey; él los esperó sentado en su trono revestido de todas sus alhajas de poder mientras se abrían paso hacia su encuentro; del previo juicio que indujo a su cautiverio pueden haber derivado las graves acusaciones que agravan en su persona. Esperemos que así sea por el bien de su reputación.
Bertrand de Got, monjerioneta del rey Felipe el Bello, vivió bajo su sombra esperando sus órdenes para darle algo de sentido a su vida la cual fue muy relajada debido a su poca acción volitiva, se le imputaba de realizar un continuo tráfico de reliquias sagradas, tal vez el peligro de ser capturado lo haya mantenido alive; por orden del rey francés transfirió la sede pontificia a Avignon y además disolvió la hereje Orden del Temple a causa de intereses económicos.
Nota: Monjerioneta - Neologismo de la lengua española que connota el producto de combinar el traje de un monje con la voluntad de una marioneta.
Benedicto XII luchó contra el nepotismo y la simonía. Su sucesor, Clemente VI, dio por acabada dicha lucha y se unió al enemigo; parcial a los intereses franceses, los apoyó; después de ser coronado compró la ciudad de Avignon por una suma demasiado considerable a la reina Juana de Nápoles pero le metió cabeza y no le pagó, luego adujo que la absolución agraciada a su majestad por haber asesinado a su esposo era suficiente pago, así que no le debía nada; su proclividad a las bellas artes lo coaccionó a recaudar dinero, a cualquier costo, para mantener su afición de mecenas de artistas, entre los cuales figura el semblante del poeta Francisco Petrarca; en 1328 fue excomulgado el filósofo navajero Guillermo de Ockham pero no por siempre pues fue perdonado por Clemente VI a cambio de una retracción oral que bastó.
El favoritismo saturó sus acciones, nombraba cardenales a parientes suyos (uno de esos favorecidos fue su sobrino, Pierre Roger de Beaufort, en su futuro se atisba el sitial de San Pedro con el apelativo de Gregorio XI) o a cualquiera que pidiera la corona francesa, posiblemente engendró cinco hijos entre prostitutas y amantes con las cuales solía pasar las frías noches de Avignon.
La peste negra acaeció durante su estancia pontificia, vio surgir a los flagelantes quienes creían que recreando la penitencia de la pasión de Cristo se salvarían de la peste bubónica, por sus obras se observa que la redención también se obtendría mediante el linchamiento de los supuestos acusados de la enfermedad fatal, los judíos; estos fanáticos fueron imputados herejes por Clemente VI de quien se ignora cómo aconteció su fin.
Antipapa (cuya juventud la conjuró a la piratería) que la Iglesia trata de olvidar, domiciliado en Pisa cohabitó con lujuria, homicidio, sodomía y hurto; el 30 de octubre de 1413 Juan XXIII muñía el concilio de Constanza que finiquitaría con el gran cisma de occidente el 11 de noviembre de 1417 con la elección de Martín V. Desde 1378 tras la muerte de Gregorio XI hubo 2 sedes pontificias, una en Avignon otra en Roma y a partir de 1409 se les unió una tercera emplazada en Pisa; en el proceso del sínodo durante el año 1415 se censuró a lolardos y husitas por herejes, después de cuarenta años un unitario papa dirigirá los hilos de la Iglesia; en tiempos de caos, donde nadie sabe quien manda a quien, se aprovechó para denunciar al papa pisano de adulterio, hurto, asesinato e incesto; le sacaron 37 testigos que le imputaron harta fornicación, su secretaria en la ciudad de Bolonia, la señorita Nien declaró haber presenciado con la vista que un total de 200 jovencitas, incluida la cuñada, eran recluidas para satisfacer la procacidad de Baldassare Cossa; en su haber figuraban 300 monjas violadas y/o seducidas. ¿Qué se podía esperar de alguien que de joven se dedicó al pillaje?
El registro oficial del Vaticano nos remite: “Su señor, Papa Juan, cometió perversidad con la esposa de su hermano, incesto con santas monjas, tuvo relaciones sexuales con vírgenes, adulterio con casadas y toda clase de crímenes sexuales… entregado completamente a dormir y a otros deseos carnales, totalmente adverso a la vida y enseñanzas de Cristo… fue llamado públicamente el Diablo encarnado.” ¿Qué esperar de alguien con pasado bucanero?
John Wickliffe: fundador del movimiento revolucionario de los lolardos, que profesaban la humildad apostólica y creían que la Iglesia de Cristo la constituían no el escalafón eclesiástico sino los fieles devotos, siglo XIV.
Jan Hus: ajusticiado el 16 de julio de 1415 por haber instituido el movimiento reformador de los husitas a consecuencia de la peste, insistían fuertemente en injerir vino durante la comunión, en la punición equitativa de los pecados sin importar su clase social y en el ideal de pobreza dentro del clero en pos de detener la degradación moral del mismo, siglo XV.
Noble de la familia de los Borja se convirtió en Calixto III con una pequeña ayuda real procedente de la casa de Alonso V de Aragón, aunque décadas atrás Vicente Ferrer había profetizado que Alonso de Borja llegaría al sillín de San Pedro no previó su elevada inclinación al nepotismo, esta profecía más lo ayudó a él pues Calixto III lo convirtió en San Vicente Ferrer a los 2 meses de haber asumido el puesto; en 1456 (no pasó el Halley, debe haber sido otro) con ocasión del advenimiento del cometa Halley se procedió a excomulgarlo, a consecuencia de la creencia popularizada de los cometas como símbolos de mal agüero. Sus seguidores darán más que hablar.
Muere Calixto III y el cónclave se reúne, 13 días pasan y deliberan a favor del cardenal de Rouen. Eneas Silvio Piccolomini los persuade para que cambien su resolución a favor de él, su discurso persuasor debe haber sido muy convincente: ¡Roma, mis conclavistas, está administrada por los hijos bastardos de los papas y de los cardenales! ¡Ayúdenme a cambiar las cosas! Accedieron y le untaron el alias de Pio II; era un notable ilustre, inspirado por el espíritu de los nuevos tiempos venideros, gran humanista y defensor acérrimo de dicha doctrina, fundador de la Universidad de Basilea 4 años antes de su expiración, rodeado de la última intelectualidad gozaba de la amistad de Nicolás de Cusa al punto de designarlo Camarlengo; encargado de salvaguardar el gobierno de la Iglesia a penas fallezca su gobernador y también se hace cargo de sustraer el Anillo del Pescador, símbolo del poder pontificio.
Como siempre existen criaturas reptantes que no pierden tiempo para embarrar el prestigio de los prestigiosos, Pio II, el ilustre notable, fue tildado de excelente progenitor pues se rumoreaba que era papá de muchos niños no reconocidos; su acercamiento a la juventud le valió ser calumniado, métodos de autoindulgencia y para seducir hembras eran adjudicados como consejos de su santidad; tampoco ayudó haber escrito una novela erótica titulada Historia duorum amantium, el relato cuenta los amoríos entre Euríalo y Lucrecia, antes de su toma de mando tuvo que retractarse y arrepentirse de aquella obra. Entre sus escritos circulan varias crónicas históricas, cuantiosa correspondencia y una autobiografía titulada Pio II.
Por lo que nos cuenta Stefano Infessura (siempre y cuando sea verdad) Pietro Barbo que se hará conocido como Pablo II fue contrario a los intereses humanistas: Deducimos de lo dicho que el Camarlengo Nicolás de Cusa no tuvo injerencia alguna en su selección.
1466 no fue un año favorable para los abreviadores o compendiadores pues el guardián de la Iglesia les anuló su escuela, cuya función consistía en duplicar y resumir documentos papales, eso podría explicar su fama de antihumanista ya que esa clausura generó indignación intelectualista hasta el punto de publicarse una obra conocida como Vital pontificum o Fake Biografy presents Paul II; la autoría del manuscrito se debate entre un poeta, Platina quien fue encarcelado por escribirle una carta medio belicosa, y un fundador de una academia romana, Pomponius Laetus quien se vio directamente afectado por el cierre ya que perdió su chamba.
Era narcisista y en su biografía se manifiesta que su tiara se encontraba sobrecargada de joyas (como alguien de su rango) que sobrepasaba el valor de Letrán, promotor indiscutible de carnavales que fomentasen el júbilo popular, se le incriminó de llenar su domicilio de concubinas y se le dio una fama de sadomasoquista; disfrutaba cómo reos eran despojados de sus ropajes para luego ser conducidos a un potro donde se procedía a torturarlos, también coordinaba orgías para que jóvenes lo sometiesen, lo atasen y lo golpeasen; y poseía una rara afición a engalanarse como bella mujer. Su muerte está circunscrita entre sodomía, mancebos y estrangulamiento, y fechada el 26 de julio de 1471.
Como nota resaltante durante su periodo en la butaca de San Pedro se puede considerar el intento (y subrayo intento) que hubo para la reunificación con la Iglesia rusa.
Como celebridad estuvo lleno de contradicciones. Propiciador del Renacimiento, el sitio pontificio empezó a adquirir obras de arte que a lo largo de años se convirtieron en los Museos Capitolios, potenció la Biblioteca Vaticana, mejoró las condiciones de vida de sus conciudadanos e incluso mandó a construir la Capilla Sixtina; por otro lado estableció la Inquisición española el primero de noviembre de mil cuatrocientos setenta y ocho mediante la bula Exigit sinceras devotionis affectus a pedido de la Corona de Castilla, después condenaría los abusos y excesos de la mencionada institución.
No tuvo problemas para embrazar el nepotismo, tanto él como su familia se adineraron con las ventas de posiciones clericales al mejor postor y con el impuesto impuesto a los prostíbulos romanos; sus sobrinos desde adultos a niños ganaron al ser colocados cardenales, 2 hijos ilegítimos en su cuenta personal con su manceba Teresa también fueron cardenales sin importad su retrasa edad; de tendencias homosexuales, uno de sus favoritos, el cardenal Pedro Riario le pidió que legalice la sodomía a lo cual estuvo muy proclive a hacerlo pero finalmente desistió; su barbero personal era padre de algún amante y por ese logro logró pasar de fígaro a cardenal.
El hermano del hijo de la hermana del papa era un hijo del papa.
En 1472 pasó un cometa y fue observado y descrito por Johann Müller Regiomontano, el astrónomo alemán no le puso nombre a su observación y 270 años después se llevaría el crédito Edmund Halley; Sixto IV le pidió al germano que reorganizara el calendario juliano como lo conocemos hoy y así lo hizo.
Giovanni Battista Cibo, hijo de senador romano y hermanastro de Nicolás V, era sumamente intolerante y misógino, uno de sus primeros actos fue convocar cruzada contra Salvación pero la gente no respondió entonces Inocencio VIII dirigió sus ataques contra las mujeres y publicó la bula Summis desiderantes affectibus, aquella que reconocía a la brujería como existente iniciando una era donde reinaría la cacería de brujas, un aproximado de 60000 mujeres sino más serán inmoladas como consecuencia; los inquisidores Heinrich Kramer y Jacob Sprenger publicaron en 1487 el Malleus maleficarum que constituye una sarta de métodos para aniquilar la hechicería y sus derivados, también incluye una acertada acotación sobre la inferioridad del sexo femenino que es la razón por la cual ellas (a diferencia de los hombres) son más propensas a la tentación de Satán; el libro era bastante útil pues proveía a los acusadores de estar resguardados de sus poderes malignos, además te daba un pequeño dato, si la defensa en corte de la supuesta bruja era buena, eso ya era un fehaciente indicio de su culpabilidad (recuerdan: mujeres = seres inferiores) también aconsejaba la tortura como política suasoria.
Mientras la población se encontraba de caza Inocencio VIII aprovechó para sobreponer el bienestar de su casa (por cierto muy numerosa, 16 eran los hijos con varias hembras) por encima de la Iglesia misma, no negó a ninguno de sus alevines pero tampoco les ofreció oficios eclesiásticos ya que prefería venderlos (su sobrino a los 13 años ya era cardenal) uno de sus hermanos pagó lo suficiente como para colocar en el clero a su hijo. Creó una indulgencia que permitía a uno tragar carne en tiempos de cuaresma, válido por un lapso de 20 años a cambio de un sustancioso reembolso monetario.
A Giovanni le fascinaba las corridas de toro y vio en la plaza de San Pedro el lugar ideal para una dosis extrema de tauromaquia, para diferir con su antecesor combatió letras y artes, y no vaciló en tolerar vicio con corrupción; llegó un momento que prohibió el congreso internacional de filosofía que era el primero en su especie y que había sido tramado por Pico della Mirándola quien estaba más que dispuesto a subvencionarlo, además condenó muchos de sus escritos cuando a penas estaba en su segundo año de Inocencio VIII.
Promotor de la Inquisición, en 1487 pondrá a Tomás de Torquemada (gracias a él, los españoles disfrutaron mucho más tiempo de las torturas que del ambiente renacentista de la época) de gran inquisidor de España, que junto con la reconquista española que concluye el año del término de su vida (antes concedió a Isabel I de Castilla y a Fernando II de Aragón el título de Católica majestad, lo que los erigió como los Reyes Católicos) fueron los grandes impulsores del fuerte vínculo que unirá al Vaticano con España.
El valenciano papa del Nuevo Mundo. Las indias occidentales se descubrían y Rodrigo Borja como Alejandro VI dan origen a las bulas Alejandrinas que favorecen en demasía a los de Castilla pues les concede la conquista de las nuevas tierras (excomunión si no pedías permiso a los españoles para visitarlas) y su evangelización completa; su tío fue Alonso de Borja que como Calixto III patrocinó su carrera eclesiástica; buenos argumentos junto con una gran herencia familiar le pavimentaron el camino hacia el puesto de San Pedro.
Entre el primer viaje de Colón y el último el nepotismo se transformó en paternalismo, igual que todo Borja fue un gran semental y engendró muchos hijos con muchas muchachas, uno de ellos se vio rápidamente favorecido al convertirse en arzobispo de Valencia a los horas de su coronación, otros fueron bautizados, recompensados y cazados por su padre, su santidad. Vannozza Cattanei, una de sus amantes parió varón y mujer, su hijo César que se encargaría de ejecutar sus planes criminales y su hija Lucrecia la cual fue aprovechada por su alta dosis de belleza para desposarla con lo último de la nobleza; esta última alumbró un hijo suyo (todavía por confirmar) pues se realizó como favorita suya, similar que dos de sus tías. Entre sus amasias relucía una de las mejores amigas de su hija Lucrecia, Giulia Farnese la Bella, ambas bellezas cohabitaban en las cercanías del Vaticano lo cual facilitaba las visitas clandestinas, durante la invasión francesa a tierras itálicas en 1494 su querida veintenaria fue emprisionada por Carlos VIII y entonces se vio obligado a pagar un ingente rescate para proseguir adulterando, los beneficios de esta relación para Giulia fueron una niña de nombre Laura y un hermano hecho cardenal que a los años se sentaría en el mismo lugar que el español.
Giovanni Borja fue el primogénito de Lucrecia, su paternidad recae en lo desconocido pues 4 aspirantes se la disputan:
-Giovanni Sforza, el primero de 3 esposos de su madre.
-César Borja, su tío y simultáneamente hermano de su madre.
-Rodrigo Borja, su abuelo y al mismo tiempo padre de su madre.
-Perotto, mensajero de Alejandro VI.
El señor Sforza acusó a su cuñado y a su suegro de mantener relaciones incestuosas con su esposa, lo que originó que aquellos lo tratasen de eliminar de la faz del planeta; en 1501 Alejandro VI publicó una bula donde la paternidad de la pequeña criatura pertenecía a su hijo César, también emitió otra secreta donde él lo reconocía; finalmente Perotto confesó su progenitura pero según últimas investigaciones genéticas esto fue una charada lucreciana para distraer la controversia de su promiscuidad interfamiliar.
El término de su vida fue o bien por la malaria o por alguna sustancia ponzoñosa.
A Rodrigo Borja le siguió Pio III, que se adjudicó dicho nombre para honrar la memoria de su tío Pio II, esto no evitó que no pasara del mes en la poltrona de San pedro, los próximos 10 años serían del papa guerrero, Julio II, Giuliano della Rovene sobrino de Sixto IV, se mantuvo en la orilla opuesta de los deseos Borja y combatió con el hijo César.
Soberano temporal: caso omiso de la ley canónica, engalanado de una armadura montaba un magnífico corcel de guerra dirigiendo sus ejércitos hacia la victoria; Perusa y Bolonia pertenecientes a los Estados Pontificios se revelaron y Julio II hizo su aparición, capitularon en 1506; el creciente poder de la República Veneciana desvinculada de la Iglesia comenzaba a ser un inconveniente y Julio II hizo su aparición, formó la Liga de Cambrai para aplastar en 1509 a los venecianos; la órbita de influencia francesa en las ciudades de Génova y Milán no era bien recibida y Julio II hizo su aparición, conformó la Liga Santa contra la Francia de Luis XII; Fernando el Católico eventualmente adquirió preponderancia en suelo italiano y Julio II no hizo su aparición, desfallece en 1513 de sífilis sin cumplir su sueño de unificar Italia bajo un solo príncipe, él, el sumo pontífice.
Su papel como soberano temporal constituyó un gran logro en cuanto adquisiciones territoriales pero a la hora de ejercer su poder espiritual no triunfó igual.
Jefe espiritual: el gran mujeriego tuvo varios hijos y tres hijas, ya de cardenal solía burlarse del celibato, bebedor en exceso que lo incitaba a vituperar vocabulario soez, aumentó el fisco papal al pagar con su fortuna personal la tiara y se sirvió con elegancia: lampras de Flandes, caviar, quisquillas (un tipo de crustáceos muy requerido en la alta cocina) y atún integraban su vianda en cuaresma; Anne de France mandó una comitiva de dos caballeros a cargo del cardenal de Nantes para recibir instrucción de Julio II ¿Que tipo de instrucción? No lo sé pero al menos no creo que haya incluido violación en el programa ya que ambos jóvenes fueron netamente abusados.
Apodado el Terrible debido a su carácter violento e impulsivo andaba con un bastón que no dudaba en utilizarlo como arma, varias veces lo empleó para bastonear a Miguel Angel quien había sido empleado para que le pinte la Capilla Sixtina, el resto de su vida sufrió de problemas lumbares por culpa de la susodicha empresa, además trabajaron para él Rafael y Bramante quienes participarían en el proyecto Basílica de San Pedro; en 1507 Miguel Angel en Bolonia se hallaba trabajando en una estatua colosal del pontífice cuando se hace presenta su mecenas:
Julio II: “¿Qué hay bajo mi brazo?” - pregunta todo quejumbroso.
Miguel Angel: “Un libro, Santidad.” – replica el artista cansado de las constantes intromisiones papales.
Julio II: “¿Qué sabré yo de libros? Ponme una espada en su lugar.” – ruge.
La estatua vio su fin a manos de rebeldes boloñeses dos años antes que lo viera su modelo.
Giovanni de Lorenzo di Médici, electo por el cónclave el 9 de marzo de 1513, llevó a la santa sede a la bancarrota total, su política despilfarradora se inauguró desde el día que asumió el nombre de León X pues gastó exuberantes cantidades de dinero en ostentosas extravagancias para celebrar célebre elección; y todo aquello proviene de su crianza dentro de los ideales de la tradición Médici, desde pequeño se le inculcó una educación renacentista llena de opulencia, erudición y mecenazgo; no se podía pedir austeridad a alguien acostumbrado a una vida repleta de hedonismo y placeres tanto sensuales como artísticos.
Centro de diversiones significaba para él la corte papal y así lo hizo notar desde un comienzo, jugar cartas al aire libre era una de sus predilecciones, el público que se congregaba alrededor siempre salía ganador pues cuando él vencía lanzaba puñados de monedas para que la multitud se peleara por esas migajas; a veces realizaba algún tipo de broma a los pobres sirviéndoles cubierto de miel la carroña, Barbaliso era un vetusto sacerdote que escribía versos de mal calibre y León X lo nombró poeta laureado (que irreverente) además le ofreció un desfile en su honor donde el anciano poeta avanzaba encima de un elefante que había sido obsequiado por el rey de Portugal. Grandes bailes de máscaras para sus cardenales eran preparados para que de los pasteles saliesen jóvenes desnudas, en una ocasión de fiesta Madre Mía, la puta más codiciada de Roma, preparó un espectáculo tan memorable que hasta ahora se habla de ello (que inolvidable) estos bacanales tenían como objeto documentar el libertino comportamiento del clero para que después fuesen chantajeados por su santísima excelencia (que prevenido) tras escuchar el sermón del cardenal Pietro Bembo dijo que la fábula de Cristo “ha producido ganancias para nosotros y nuestros asociados”; también patrocinó a eruditos y artistas hasta el extremo de nombrar a muchos de ellos cardenales, autor de obras pornos (que creativo) escribió varios sonetos para que acompañen los dibujos de 16 posiciones sexuales realizadas por Giuliano Romano, discípulo de Rafael. Pietro Aretino dijo: “Es difícil juzgar que deleita más a su Santidad, los méritos de los eruditos o las artimañas de los necios”, a lo mejor ambos eran de su igual gusto.
Hijos ilegítimos anduvieron por ahí, consiente de su corto tiempo de vida acelerada, quiso asegurarles un futuro y los convirtió en grandes señores o los casó con las familias más pudientes de la época, y eso que la casa Médici ya era de por sí una de las poderosas.
Entre sus grandes amores se encontraban las artes, el licor y los buenos muchachos; el mayor de todos fue su amante Alfonso Petrucci que fue nombrado cardenal de Siena, este joven escaló rápidamente en la jerarquía eclesiástica hasta encontrarse a punto de ser jerarca y finalmente dio ese paso, pasó a emponzoñar a su querido Giovanni pero fracasó y recurrió a la huida antes de ser eliminado por traición; refugiado en algún lugar de la península ibérica el embajador de España le garantizó un salvoconducto si retornaba a Roma, a penas pisó dicha ciudad fue encarcelado y se dio inicio a un proceso sistemático de torturas que originó la indignación del embajador ya que su palabra de honor había sido manchada, a lo cual el papa alegó: “No es necesario cumplir las promesas hechas a un envenenador”.
La tesorería no pudo soportar las continuas festividades, el nefasto derroche junto con la abundante inversión requerida para la construcción de la Basílica de San Pedro, emprendida por su predecesor, agotaron las arcas de la Iglesia entonces se apeló a la ayuda de ricos ateos que estuviesen dispuestos a pagar cuantiosas sumas de dinero para ser cardenales; sin embargo, esto tampoco fue suficiente así que se publicó a dos años de su entronamiento la bula Taxa camarae (hasta el día de hoy el Vaticano no ha reconocido la validez de esta bula, por obvias razones, ese reconocimiento denotaría mayor humillación ecuménica) la cual creaba las famosas indulgencias, perdón de los pecados a cambio de unas cuantas monedas; los precios oscilaban según la gravedad del pecado y además absolvían de cualquier ley gubernamental los crímenes cometidos, también libraban almas del purgatorio; literalmente la mosca compraba un pequeño terreno en el cielo. Esto causó gran indignación en las periferias de la sede pontificia y estuvo representado en la imagen de Martín Lutero.
Los distintos viajes a Roma realizados por el reformador le facilitaron visualizar que la urbe no era ninguna ciudad santa y pudo observar la conducta del papa la cual calificó como peor que la de los reyes más paganos; presenció uno de los banquetes papales donde doce mujeres desnudas servían los platos más exquisitos, consecuentemente Lutero dijo: “Si hay un infierno, Roma está construida sobre él”. En los escritos luteranos se encuentran infinidad de insultos para sus enemigos, ese hombre no se quedaba con su boca sucia callada, propinó improperios a cardenales, a judíos (les dijo de todo) e incluso al pontífice lo apodó ¡Tirano romano!
Lutero no era ningún improvisado en la materia, era un teólogo muy erudito que se dedicó al estudio e interpretación de la biblia, este gran conocimiento de las sagradas escrituras le permitió en 1517, el último día del mes de octubre, clavar en la puerta del Castillo de Wittenberg sus famosas 95 tesis que gracias al invento de otro alemán, Johannes Gutenberg, pudo difundirlas por toda Europa en menos de 2 meses; nunca antes visto en la historia, la imprenta creada en 1450 puso en las manos de suficientes monjes el bichito de la reforma; contrariamente la reacción romana fue lenta, se le consideró un simple ebrio alemán que la sobriedad lo haría entrar en razón, al no hallar retractación se le consideró un simple hereje alemán (para León X la quema de herejes era una orden divina directa) un año antes de desvanecerse en las tinieblas de la muerte León X condenó dichas tesis por medio de la bula Exsurge domine, Lutero huyó y lo único que se quemó fue la bula, al final ni la excomunión ni las amenazas de muerte triunfaron sobre el antisemita bávaro. Por otro lado la sífilis venció al mandamás romano el primer día del último mes.
Y aquí el apóstata fue Lutero y no León X.
Adriano VI fue el último papa bárbaro hasta la llegada de Juan Pablo II en el siglo XX, respecto a sus predecesores afirmó: “Por muchos años, han ocurrido cosas abominables en la silla de San Pedro, abusos en asuntos espirituales, transgresiones a los mandamientos, y todo aquí se ha pervertido con maldad.”, estuvo un poco más de un año para luego ser sucedido por otro Médici, primo de León X; cuando este fue entronado le dijo al joven Julio di Médici: “Dios nos ha dado el papado, disfrutémoslo.”, siguió el buen consejo de su primo hasta su expiración en 1534, 11 años después de adjudicarse el nombre de Clemente VII.
Fue muy permisivo, no hizo o no quiso hacer mucho por parar la oleada luterana que venía con fuerza, en 1525 se casó Lutero y no pasó nada; tampoco evitó la formación de la iglesia anglicana como ente autónomo de Roma a causa de los caprichos de Enrique VIII de Inglaterra y no pasó nada; Carlos I de España tuvo serios problemas con él hasta el punto de encarcelarlo, en 1527 desde el 6 de mayo hasta el 13 del mismo Roma fue saqueada hasta el hartazgo por las huestes coléricas del emperador Carlos V, no quedó mujer que no haya sido violada ni hombre que no haya sido linchado ni templo que no haya sido profanado.
Sobre Clemente VII se cierne el velo de envenenador, sodomita, adivinador y ladrón de iglesias; posiblemente sea todo esto un poco exagerado, lo cierto es que mantuvo como amante a una mujer negra (algo inusual para entonces) era esposa de un arriero de mulas y del amor entre ambos nació un mulato de nombre Alessandro, primer duque hereditario de Florencia.
Cuando hubo problemas no reparó en acudir a la astrología en busca de auxilio.
Otra de las grandes familias, parte de la nobleza italiana, que pasearon por el escabel de San Pedro fue la de los Farnese, el encargo estuvo en los pies del mozalbete Alessandro (le tomó un aproximado de sesenta años a esta familia hacerse con el poder) que sin ser sacerdote fue cardenal cuando contaba con 25 años (Pasquino lo hizo acreedor de la chapa de “Cardenal de las faldas” debido a la ayudita fraterna) y esto se lo debe a su hermana Giulia cuya relación lasciva con Alejandro IV ayudó y mucho. Ordenado sacerdote a los 51 y santidad a los 66. 4 hijos en su haber: Pier (participante del saqueo del ’27) Luigi, Paolo, Ranuccio y Constanza cuya relación incestuosa con Pablo III (no, no se resistió) no ayudó a la reputación de su padre.
No se puede quejar de haber recibido una buena educación, de ahí tal vez su desmedida preferencia por preferir a su parentela tanto para beneficio (mayormente hombres) como para perjurio (mayormente mujeres) además se transmitió en simultáneo su coronación y el bautismo de sus 2 bisnietos, 2 adolescentes Guido Ascanio Sforza (16 años) y otro Alessandro Farnese (14 años) fueron elegidos por su abuelo para que se desenvuelvan como cardenales (para que aprendan desde chicos el valor de ganarse las cosas) lamentablemente el sexo femenino Farnese no recibió tanta protección; las hembras de aquella familia tenían fácil dos opciones, o se sometían al incesto con Pablo III o no lo hacían, su madre, una de sus hermanas y una sobrina (sí, se resistieron) desaparecieron de la noche a la mañana sin dejar rastro alguno más que su sangre; y las que no eran de la familia y sí eran prostitutas se les obligó a pagar tributo transformándose así en el mayor y más grande proxeneta que Roma ha visto nacer.
Sublimis deus fue divulgada el 2 de junio de 1537 con motivo de la evangelización de los nuevos territorios descubiertos al otro lado del Atlántico, esta bula se genera de las lecturas realizadas por Pablo III del manuscrito del primer libro de Las Casas titulado Del único modo, esto significó una visión del indígena menos radical, ahora sí Dios los reconocía como hombres (aunque inferiores) y ya no animales (aunque superiores) estaban en una especie de limbo evolutivo, este método evangelizador se definía por su pacifismo y por la libertad del otro. Cambiando de tema, establece en 1542 la santa inquisición romana.
Convocó el concilio de Trento en 1545 para poner freno a las alimañas separatistas pero desafortunadamente no llegó a concluirlo al ser víctima de una fiebre neciaza, sus restos restan, por si acaso, en la tumba rediseñada por Miguel Angel dentro de la Basílica de San Pedro.
Probablemente el más gay de todos los papas de la historia. Entre sus docenas de amantes se hallaba un chaval de menos de 17 años que figuraba como Inocente y apodado Prevostino, lo acompañó el último día del cónclave para elegir sucesor de Pablo III, Giammaria Ciocchi del Monte se dirigió a todos los presentes con estas palabras mientras abrazaba a su Inocente: “Si me hacen Papa, al día siguiente haré que Prevostino sea uno más entre ustedes como miembro del cardenalato.” Hombre de palabra la cumplió (gracias a la gracia divina este garzón ascendería alto) más tarde su querido atracaría en la secretaría de estado del Vaticano.
Sexo anal con los más jóvenes era una de sus tantas consignas, sin importar que fuesen sus propios hijos, ilegítimos por supuesto; uno de los asiduos partícipes de las orgías gay auspiciadas por el presbítero de los siervos de Cristo era el arzobispo de Benevento, Giovanni della Casa, que dedicó a Julio III su libro (Elogio de la sodomía) In laudem sodomiae.
Rehén en Roma del ’27 de las tropas del rey Carlos I de España, tampoco pudo finalizar el concilio de Trento iniciado años atrás por el anterior vicario justamente a raíz del amedrentamiento del emperador que avasallaba a la homosexual (en el siglo XVI) personalidad de Julio III.
Gian Pietro Caraffa fue uno de los principales instigadores para la instauración de la inquisición en Roma, además en 1542 muta en el primer inquisidor general. La oposición de Carlos I para su elección al lado de su odio hacia España lo convencieron en no rechazar las investiduras que lo harían el papa del terror, Pablo IV; de origen napolitano no soportaba la ocupación española en el Reino de Nápoles, así que incitó a la guerra a todo enemigo de Felipe II, que recién había recibido el mandato tras la abdicación de su padre Carlos; su única victoria se dio en el terreno espiritual donde ambos ibéricos fueron excomulgados.
Pablo IV: “Yo nunca le he otorgado un favor a ningún ser humano.”
Todavía se encontraba paralizado el concilio de Trento, sin embargo, Pablo IV no movió ni un dedo para retomar la hilada porque él era la máxima autoridad espiritual con dotes de infalibilidad, por lo tanto la verdad y el dogma eran dictaminados solamente por él y no era necesario ningún concilio; y si no hacías caso te caía la gestapo del santo oficio.
Pablo IV y los judíos
Los odiaba por haber intercedido en la crucifixión de Cristo, en 1555 a 2 meses de iniciar su gobierno del miedo promulgó la bula Cum nimis absurdum teledirigida contra los sionistas, primero se creó un gueto en Roma, luego se vieron presionados a vender su pertenencias a los cristianos a precios altamente ridículos, grandes terrenos eran intercambiados por un burro o alguna vestimenta; también fueron humillados a portar una señal discriminatoria, sombreros amarillos para hombres y velos para mujeres.
Pablo IV y las mujeres
Las consideraba seres inferiores y no permitía que se le acercasen, su odio era equiparable al que sentía por los semitas; concordaba plenamente con lo que decía Santo Tomás: “… las mujeres son hombres que no acaban de serlo.”
Pablo IV y los cardenales
No estaban a su altura y por eso no dudaba en maltratarlos como si fuesen sus lacayos, el cardenal Giovanni Morone por condenar su empleo del terror con fines religiosos fue aprisionado. O estabas con él o simplemente no estabas.
Fue conocido como la encarnación de la cólera de Dios, inclusive los romanos solían rumorear que si su madre hubiera visto su futuro no hubiese vacilado en estrangularlo al nacer; al morir su estatua erigida cuatro años atrás fue derribada para luego ser mutilada, la multitud colérica aprovechó para quemar distintas edificaciones entre las que destacaba el palacio de la inquisición, los reos de dicha institución fueron libertados.